Son gránulos de serrín prensados que provienen de residuos de madera. Su reducido tamaño facilita su almacenamiento y transporte.
Lo más importante es utilizar un pellet de máxima calidad. El que figura como clase A1 es el mejor, porque está compuesto por madera virgen y residuos de madera sin tratar químicamente, con bajos contenidos en cenizas, nitrógeno y cloro.